Este domingo 16 de noviembre marcó un día inolvidable para Coco Sily y Cinthia “Chimi” Meza, quienes se casaron en La Paloma Eventos, en Berazategui, en una celebración que combinó emoción, humor y una profunda declaración de amor.

La ceremonia fue encabezada por el Padre César, conocido como el cura rockero, y tuvo como madrina a Lizy Tagliani, una de las primeras personas en apoyar la relación.

“Es esperanzador volver a enamorarse a los 60”, había dicho Coco en la previa del casamiento, una frase que resonó especialmente entre los invitados que conocen de cerca el recorrido personal de ambos. Según contó el actor, fue Chimi quien llevó adelante la mayor parte de la organización del evento, pensado como “un festejo del amor rodeado de los afectos más cercanos”.

La historia de la pareja comenzó tres años atrás, cuando Meza, coach ontológica, fue invitada a participar como columnista en el programa radial que él conducía. Lo que en principio era un vínculo profesional dio paso a una conexión que ninguno esperaba. “Hubo fueguito, sillones, almendras y charlas hasta las cinco de la mañana. Desde ahí no nos separamos más”, recordó Coco sobre la primera noche que compartieron fuera del estudio.

El compromiso llegó el 20 de diciembre de 2024, durante unas vacaciones en Brasil, destino al que planean volver para su luna de miel cuando sus agendas laborales lo permitan. “Nunca soñé con casarme, pero con Coco sentí que estaba frente al amor de mi vida”, expresó Chimi, emocionada.

Aunque ya dieron el gran paso, la pareja definió que no convivirán por ahora. Cada uno mantendrá su casa, una dinámica que aseguran que les funciona y fortalece el vínculo. Tampoco planean tener hijos, ya que ambos formaron familia anteriormente. “Seguiremos igual: amándonos, viajando y compartiendo nuestra vida, pero con libertad”, coincidieron.

El festejo se extendió hasta las 19 y combinó momentos íntimos, música, humor y varias sorpresas para los invitados. Entre los detalles más comentados estuvo la presencia de las perritas de la pareja, que son parte importante de su dinámica familiar.

Para Coco, este capítulo representa algo más que un sí: “En tiempos difíciles, celebrar que el amor existe es casi un acto político”.