Según informaron fuentes cercanas, el artista murió a causa de complicaciones derivadas del Parkinson, enfermedad que le había sido diagnosticada en 2003 pero que mantuvo bajo relativo control hasta los últimos años de su vida.

John Michael "Ozzy" Osbourne nació el 3 de diciembre de 1948 en Birmingham, Inglaterra, y saltó a la fama como vocalista de Black Sabbath, banda que marcó el nacimiento del heavy metal en los '70 con discos históricos como Paranoid, Master of Reality y Black Sabbath. Su voz inconfundible, su actitud salvaje y sus letras oscuras lo convirtieron en el rostro del género.

En los años '80 inició su carrera solista con el disco Blizzard of Ozz, que incluyó éxitos como Crazy Train y Mr. Crowley. A lo largo de su carrera vendió más de 100 millones de discos entre sus trabajos en solitario y con Sabbath.

Conocido tanto por su talento como por sus excesos, Ozzy protagonizó múltiples episodios que alimentaron su leyenda. Uno de los más recordados ocurrió en 1982, cuando, durante un show en Des Moines, Iowa, mordió la cabeza de un murciélago lanzado al escenario por un fan. Aunque el hecho le valió una visita al hospital para recibir vacunas contra la rabia, quedó inmortalizado como uno de los momentos más extremos del rock.

En los 2000 ganó popularidad entre una nueva generación gracias al reality The Osbournes, que mostró su caótica pero entrañable vida familiar junto a su esposa Sharon Osbourne y sus hijos Kelly y Jack.

Sus últimos años estuvieron marcados por problemas de salud, incluidos una cirugía mayor de columna, dificultades para caminar y la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, nunca se alejó del todo de la música. En 2022 lanzó Patient Number 9, su último álbum de estudio, que recibió críticas positivas y múltiples nominaciones a los Grammy.

El velorio se realizará en los próximos días en una ceremonia privada, según confirmó su familia en un comunicado. Sus restos serán cremados y parte de sus cenizas serán trasladadas a Birmingham, ciudad que siempre consideró su hogar y que planea rendirle un homenaje público.

Osbourne deja un legado imborrable para la música y una influencia que se extiende mucho más allá del metal. “No soy un músico perfecto, pero soy Ozzy”, solía decir con orgullo.

Te vamos a extrañar, querido Prince of Darkness.