Aunque hoy nadie lo duda, Carlos “El Negro” Álvarez no soñaba con ser humorista. De chico cantaba y contaba cuentos, pero su carrera empezó en la música, grabando con el Dúo Argentino. Ahí metía algún cuentito. La cosa cambió en una reunión de agencias publicitarias: “conté unos cuentos, al gerente artístico le gustó y me contrató para un micro de humor. Fue de casualidad. Después me pidieron grabar mi primer disco de humor en los años '80, y así empezó todo”.

P: De todos tus cuentos, ¿cuál es tu favorito?

R: El de Don Abraham. Me quedó tan bien en la segunda grabación que ya no lo cuento más. La gente me lo pide, pero yo les digo: “Si quieren, pónganlo en el longplay” (ríe).

P: Hablemos de amores… ¿cuál es tu método de seducción?

R: No demostrar mucho interés. Las chicas lindas me dieron bola porque yo no les daba bolilla. Pensaban: “Este negro feo, ¿quién se cree que es?”. Así fue que termine conquistando, incluso a una chef española en México, con la que después pusimos un restaurante en Córdoba.

P: ¿Tus relaciones fueron largas o cortas?

R: Algunas duraron poco, otras más. La más larga creo que fue de ocho años. Ahora estoy en pareja hace dos años con la hermana de un amigo. Es piola, tiene humor, le gusta el folklore. Vivimos en casas separadas, con libertad, y eso está muy bueno.

P: ¿Alguna vez el amor y el trabajo se cruzaron de forma complicada?

R: Si. Una vez estaba con una chica que me pidió que dejara de trabajar con mujeres. Ahí se terminó. Por algo mi casa en Villa Allende (Córdoba) se llama “El Destino”: porque todo lo que me paso en la vida se dio solo, sin buscarlo.

P: ¿Cómo fue tu primera vez?

R: Fue en Córdoba, en casa de unos amigos de Salta, con una chica que trabajaba de eso. No me gustó. Después a los 18 años, tuve una relación fuerte con una chica un poco mayor, y ahí si fue diferente.

P: ¿Hay diferentes tipos de amores?

R: Sí, eso me di cuenta a lo largo de mis años. Tuve una relación muy linda con una chica que vivía en EE. UU., me quedó grabada. Pero me tuve que volver. A ella le escribí una canción muy linda que lleva su nombre, Alberta ("El Negro" recitó un par de estrofas y la recordó emocionado).

P: ¿El amor sin sexo es posible?

R: Creo que no. No tiene que ser solo sexo, sino un conjunto de cosas: amor, humor y compañerismo.

P: ¿Qué anécdotas puedes contar de tus tantas relaciones?

R: Tuve muchas anécdotas lindas. Salí con una chica que trabajaba en un cabaret y pasábamos buenos momentos juntos. Con los años la cruce en una peña en Córdoba con su marido y al finalizar el show, me invitaron a tomar algo con ellos.

También tuve una relación con una actriz famosa, pero nos tuvimos que separar porque cada uno quería seguir un rumbo diferente en su carrera.

P: ¿En la cama, te definís como tradicional o atrevido?

R: Soy libre, me gusta la libertad… depende como se dé.

P: Si fueras un animal en la cama, ¿cuál serías?

R: Qué sé yo, (ríe) una vizcacha… o un tigre de bengala. Pero siempre con humor.

P: Entre tantos recuerdos, ¿qué anécdota divertida guardas de tus parejas?

R: Una vez estaba en el jardín de la casa de mi ex novia, ella ya casada, estaba sentada sobre mi falda abrazándome. El padre se despertó, nos vio, se quedó mudo y al darse vuelta se chocó con la puerta (ríe).

P: ¿Te consideras un experto en materia sexual?

R: No. Todo depende de la comunicación con tu pareja. Con algunas se da, con otras no.

P: Para cerrar: ¿qué significa para vos el destino en tu vida?

R: Todo. Desde mi paso por el cine, mi trabajo con el humor y mis relaciones. Nunca busqué nada: se fue dando. El destino siempre me sorprendió.

La entrevista con Carlos “El Negro” Álvarez nos regala un recorrido entre humor, cuentos y confesiones íntimas. Con su estilo descontracturado, mezcla anécdotas divertidas y reflexiones sobre el amor, el sexo y el destino, mostrando que detrás del comediante hay también un hombre sensible y auténtico.