La relación entre Ale Sergi, líder de Miranda!, y la actriz Andrea Rincón fue un torbellino de emociones, atención mediática y controversias que capturó los titulares en 2014.

Su romance, que comenzó en la vibrante escena de Villa Carlos Paz, se convirtió en uno de los más sonados de ese año, pero también estuvo marcado por altibajos y desencuentros.

Todo empezó el 4 de enero de 2014, cuando el grupo Miranda se presentó en el boliche Molino Rojo en Villa Carlos Paz.

Esa noche, la chispa entre Ale y Andrea fue instantánea, impulsada por una atracción física que ambos reconocieron abiertamente.

Andrea, en entrevistas posteriores, confesó que ya había notado a Sergi en televisión y lo había encontrado irresistible.

Pronto, la pareja formalizó su relación, convirtiéndose en el centro de atención de los medios, con apariciones en programas de espectáculos y portadas de revistas donde proclamaban su amor.

A lo largo de su relación, Ale y Andrea no escatimaron en muestras públicas de afecto, hablando incluso de proyectos a futuro como matrimonio o hijos. En un gesto de devoción, Sergi se tatuó el nombre de Rincón en el pecho.

Sin embargo, la intensidad de su vínculo también trajo consigo momentos turbulentos. Las discusiones frecuentes, junto con rumores de problemas relacionados con consumos de drogas de la Rincón y tensiones emocionales, alimentaron una relación inestable que no tardó en desmoronarse.

El romance, aunque breve, dejó una huella imborrable en los medios. Años después, Andrea reflexionó sobre lo sucedido, expresando arrepentimiento por haber expuesto tanto de su vida privada:

“Lamento haber hecho público tanto de lo nuestro. Fue un amor inmenso, pero no supimos proteger algo tan especial que tuvimos. Le pido perdón por cosas que él ya sabe”.

En otra ocasión, en una entrevista con la revista Caras, Andrea fue más allá, señalando que Sergi había sido “duro” con ella, incluso tras la ruptura, aunque prefirió cerrar el capítulo diciendo: “Ya no me interesa, es parte del pasado.

Pero ambos fuimos responsables de lo que pasó”. Así, la historia de Ale Sergi y Andrea Rincón permanece como un relato de pasión desbordada, pero también de desencuentros y exposición pública, que marcó un capítulo inolvidable en la farándula argentina.