Internacional | 22/10
Fuerza de cambio
El 87 por ciento de los ejecutivos cree que la IA transformará por completo los roles de las organizaciones
Las empresas que logran generar confianza en torno al uso de nuevas herramientas y procesos son las que avanzan con mayor velocidad y eficiencia.
Según el Kyndryl Readiness Report 2025, nueve de cada diez líderes creen que la inteligencia artificial transformará su trabajo en el próximo año. Sin embargo, la mayoría reconoce que su mayor desafío no está en la tecnología, sino en derribar las barreras culturales que frenan la innovación.
Kyndryl's 2025 Readiness Report reveals a sharp global shift: organizations are no longer preparing for disruption — they are reacting to it in real time.
— Kyndryl (@Kyndryl) October 20, 2025
Combining insights from 3,700 business leaders across 21 countries with exclusive data from Kyndryl Bridge, the report… pic.twitter.com/pRxiRaWs79
La inteligencia artificial dejó de ser una promesa para convertirse en una fuerza de cambio dentro de las organizaciones. Pero su adopción está revelando un nuevo tipo de brecha: la humana. Así lo muestra el Kyndryl Readiness Report 2025, un estudio global que advierte que el verdadero diferencial competitivo pasa por lograr que las personas y las culturas corporativas estén preparadas para convivir con la IA.
El informe, elaborado a partir de encuestas a 3.700 líderes empresariales de 21 países, revela que el 87 por ciento de los ejecutivos cree que la IA transformará por completo los roles y responsabilidades dentro de sus organizaciones en los próximos 12 meses. Sin embargo, una proporción significativa teme no contar con el talento —ni técnico ni humano— necesario para aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece.
La adopción de tecnología no ocurre en el vacío. Según el reporte, las empresas que logran generar confianza en torno al uso de nuevas herramientas y procesos son las que avanzan con mayor velocidad y eficiencia. En cambio, aquellas que aún no han desarrollado una cultura de adaptación continua enfrentan un doble desafío: la falta de competencias digitales y la resistencia al cambio.
Los números lo reflejan con claridad. El 41 por ciento de los líderes identifica la carencia de habilidades tecnológicas como el principal obstáculo para capitalizar la IA, mientras que el 39 por ciento menciona las llamadas “habilidades humanas” —como la empatía, la comunicación o la resolución creativa de problemas— como una brecha igual de crítica. A eso se suma la preocupación sobre cómo reentrenar a los empleados cuyos puestos se verán desplazados por la automatización, un tema señalado por el 38 por ciento de los CEO.
La cultura organizacional emerge como el gran punto ciego de la transformación tecnológica. Casi la mitad de los CEO (48 por ciento) reconoce que la cultura de su empresa inhibe la innovación, y el 45 por ciento admite que la toma de decisiones es demasiado lenta para sostener el ritmo que impone la disrupción digital. En este contexto, la rapidez y la capacidad de adaptación se vuelven activos tan estratégicos como la propia infraestructura tecnológica.
De la infraestructura a las personas
El informe plantea que el progreso no depende solo de la tecnología, sino del nivel de madurez organizacional para absorberla. Esto cobra particular relevancia en América Latina, donde la adopción tecnológica suele avanzar a diferentes velocidades dentro de una misma empresa.
El desafío ya no es solo tecnológico: se trata de construir entornos donde la innovación sea parte del ADN corporativo y donde los equipos estén preparados para colaborar con la IA, y no competir contra ella.
“Todo proceso de transformación necesita dirección y consenso. Las compañías enfrentan decisiones cada vez más complejas sobre inversión, seguridad, talento y sostenibilidad. Definir prioridades compartidas entre tecnología, negocio y liderazgo es lo que permite avanzar con agilidad y coherencia. No se trata solo de ejecutar rápido, sino de decidir bien”, afirma Mariano Ragognetti, director general de Kyndryl Argentina, Uruguay y Chile.
En definitiva, la tecnología puede acelerar la productividad y abrir nuevas oportunidades de negocio, pero sin una cultura organizacional que acompañe, los algoritmos no alcanzan. El futuro del trabajo —con más decisiones asistidas por datos, automatización inteligente y reconfiguración de roles— exigirá algo más que inversión en infraestructura: demandará una transformación cultural tan profunda como el cambio tecnológico que la impulsa.
Mas información en https://www.kyndryl.com/us/en/insights/readiness-report-2025.
