Moda & Trends | 13:48
Nuevas promesas
Fiore González construye su futuro entre pasarelas, cámaras y estudio universitario
Modelo, estudiante universitaria y creadora de contenido, combina formación artística y proyección profesional con un objetivo firme: crecer en todos los escenarios posibles, desde la pasarela hasta la televisión.
Con solo 21 años, Fiorella González, o simplemente Fiore, se abre paso en la industria de la moda con la determinación de quien tiene muy claro hacia dónde quiere ir. Es modelo, tiene el título de tripulante de cabina y actualmente cursa Contador Público en Buenos Aires, mientras continúa sumando capacitación artística: estudia en la escuela de Anamá Ferreira, tras haber completado el curso de modelo publicitaria.
Desde muy pequeña estuvo vinculada al arte. Hizo teatro a los 9 años y danza desde los 10, bases que hoy se reflejan en su presencia escénica y en su versatilidad profesional. “Me gusta todo lo artístico”, asegura. Su camino ya incluye producciones fotográficas, videoclips musicales, desfiles para el programa “El Show de Ámbar” y trabajos para una cadena gastronómica.
Además, se convirtió en creadora de contenido para Mata Club, donde entrevista, improvisa y explora una faceta que también sueña potenciar: conducir en TV, actuar en ficción y desplegar su personalidad ante la cámara. “Entrevistar y hacer reír al público me encanta”, admite.
En el modelaje, tiene dos referentes bien definidas: Pampita Ardohain en Argentina y Emilia Silberg en el exterior. “Las admiro muchísimo y quisiera ser como ellas”, confiesa.
Su vida hoy transita entre los estudios universitarios, el entrenamiento en el gimnasio, las salidas con amigos y los momentos familiares. Pero su horizonte está puesto en grande: pasarelas internacionales, comedias musicales, cine o series en Netflix y todo lo que implique seguir creciendo.
Fiore se describe como una persona extrovertida, apasionada por su profesión desde la infancia. Cuando desfila o actúa, dice sentirse auténtica: en el escenario puede ser ella misma, con su toque personal.
Y como mensaje final, deja una reflexión que transmite con una voz dulce y cargada de sentimiento: “Nunca hay que agachar la cabeza ni bajar los brazos. Cuando uno sueña en grande, se cumple. La disciplina y el esfuerzo siempre tienen recompensa. Van a aparecer comentarios malos o miradas de reojo, pero hay que seguir adelante, disfrutar lo que a uno le gusta y no dejar que nada desvíe el objetivo.”
Un camino que recién comienza, con la convicción de que el gran salto llega para quienes persisten.
