Desde la Región del Biobío, Joaquín Rocha se posiciona como una de las promesas más fuertes del tatuaje chileno. Con una vocación que nació en la infancia gracias a la influencia artística de su madre, Rocha hoy trabaja el realismo con un sello propio y ambiciones internacionales.

—¿Cómo estás, Joaquín?
—Todo súper bien, ¡gracias!

—¿Desde qué parte del mundo estás haciendo esta entrevista?
—Desde Ralco, comuna de Alto Biobío, Región del Biobío, Chile, donde actualmente me encuentro tatuando.

—¿A qué edad empezaste a relacionarte con el mundo del arte?
—Aproximadamente a los 5 o 6 años, viendo a mi madre dibujar y pintar. Me sentaba junto a ella para aprender y crear mis propios dibujos. Con el tiempo se volvió un hobby. Dibujaba cada vez que podía, inspirándome en cualquier objeto que me llamara la atención. Eso me ayudaba mucho a calmar mi hiperactividad.

—¿Qué o quién te inspiró a adentrarte en el mundo del tattoo?
—Me inspiró la posibilidad de vivir de lo que siempre me gustó: dibujar, pintar y crear. Al darme cuenta de que era posible trabajar profesionalmente en ramas del arte, tomé la decisión de dedicarme al tatuaje sin pensarlo demasiado. Incluso dejé mis estudios, ya que esta disciplina no se enseña en liceos o universidades.

—¿Cómo fueron tus primeros pasos como tatuador?
—Fueron muy difíciles. Tenía 14 o 15 años, sin mentor que me enseñara la profundidad ideal o que corrigiera mis errores. Además, vivir en una zona rural limitaba mucho la práctica en piel real. Muchas veces tatuaba a domicilio en el pueblo de Santa Bárbara, a 18 kilómetros, o en casa de familiares. Siempre insistí y busqué aprender de quien tuviera algo para enseñarme.

—¿Recibiste el apoyo de tu familia?
—Siempre estuvieron presentes, apoyándome tanto en lo económico como en la búsqueda de oportunidades. Fueron un pilar fundamental para poder entrar a este mundo que me permite seguir siendo ese niño que dibujaba.

—¿En qué estilos te especializas?
—Hoy estudio y trabajo principalmente el realismo en Greywash. Quiero pulir al máximo este estilo antes de avanzar hacia el realismo a color o el surrealismo.

—¿Tenés artistas referentes? ¿Quiénes son?
—Sí. Dmitriy Samohin, de Ucrania, uno de los realistas más talentosos del mundo; y Ilya Fominykh, reconocido por su dominio del fotorrealismo y macrorrealismo. Al ver sus trabajos pensé: “Algún día quiero llegar a ese nivel”.

—¿Cuáles son tus proyectos para 2026?
—Mejorar mi book, participar en convenciones y formalizar mi marca como tatuador profesional.