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Transformar desde el alma
Flor Trapani: “Empecé a modelar por terapia y terminé cumpliendo un sueño”
Abogada, modelo y directora de LUMA Models, convirtió un proceso personal en una oportunidad profesional que la llevó a crear un espacio de formación para mujeres de todas las edades.

A los 30 años, esta abogada de Bernal combina su carrera jurídica con el modelaje y la dirección de LUMA Models, una escuela que fundó junto al reconocido Claudio Aval.
Con la misma elegancia que transmite en cada pasarela, Flor Trapani encontró en el modelaje una nueva forma de vida. Nacida en Bernal y abogada de profesión, decidió hace dos años seguir un impulso que transformó su rutina y la llevó a descubrir una pasión que hoy comparte con otras mujeres.
“Comencé a modelar como parte de una terapia. Necesitaba algo que me hiciera bien fuera de mi profesión como abogada. Una marca me convocó para una producción y así empezó todo”, recuerda. Ese primer paso fue el inicio de un camino que pronto la llevó a formarse con Claudio Aval, quien más tarde la invitó a fundar una escuela de modelos. Así nació LUMA Models, ubicada en Paraná 720, en pleno Microcentro porteño, donde las clases se dictan los sábados de 14 a 17 horas.
“Lo que más me gusta es enseñar. Me encanta ver el progreso de mis alumnas, acompañarlas y transmitirles todo lo que me apasiona. Cada producción, cada desfile, cada foto tiene su magia. La estética, las miradas, el sentirse bella… eso me llena”, asegura con entusiasmo.
Su vida profesional es una mezcla de exigencia y equilibrio. “Tener dos profesiones me mantiene en constante movimiento. Trabajo como abogada ocho horas al día, y cuando puedo participo en desfiles o producciones. Además, la escuela requiere mi presencia todos los sábados y en las actividades de mis alumnas”.
Entre sus recuerdos más fuertes está su primera pasarela: “Modelé sin experiencia y abrí un desfile. Me felicitaron y ahí entendí que lo mío era esto. Sentí que me comí la pasarela”. Desde entonces, no dejó de crecer y proyectar nuevos desafíos.
Fanática del gimnasio y amante de los animales —convive con tres perros que considera su compañía diaria—, Flor dedica su tiempo libre al entrenamiento y al bienestar físico. Pero su gran sueño está en el horizonte: “Quiero que LUMA Models crezca y formar chicas de todas las edades. También aspiro a ser la cara de una marca reconocida de ropa o calzado”.
Antes de despedirse, deja un mensaje que resume su filosofía de vida: “Nunca es tarde para hacer lo que uno sueña. A los 30 años estoy cumpliendo algo que siempre quise. No hay que lamentarse por lo que no fue, sino valorar lo que está pasando hoy”.
